El Poder del Cerebro Humano: Más Allá de la Inteligencia Artificial
Updated: Aug 1
Por: Cata Largacha CEO & Founder de Educar para Innovar
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En un mundo cada vez más dominado por la inteligencia artificial (IA), surge la pregunta recurrente de si los robots podrán reemplazar a los seres humanos. Sin embargo, al adentrarnos en la complejidad del cerebro humano, nos encontramos con una maravilla inexplicable y difícil de copiar en su totalidad. ¿Hasta qué punto de nuestras capacidades, puede la IA reemplazarnos?
En este artículo, exploraremos cómo la IA puede desempeñar un papel en algunas de las capacidades básicas del ser humano y destacaremos el poder único y casi imposible de replicar del cerebro humano desde sus funciones más complejas. A medida que avancemos en esta discusión, descubriremos el impacto que esto tiene en el campo de la educación y las oportunidades que tenemos para fomentar el desarrollo de habilidades que nos diferencien de las máquinas.

El poder único y casi imposible de replicar del cerebro humano
Establecer que el ser humano es milagroso, suena a frase de quien cree en un dios o en algo superior, lo cierto es que desde 400 a.C. Platón ya se hacía preguntas sobre el ser humano y su conducta, se habla del aporte de Galeano (150 d.C.), Descartes (1600 d.C) entre otros. Sin embargo, Siegel (2018) establece que hasta hace poco se le da la importancia al estudio de la mente humana y a la estructuración de un lenguaje común, donde se integren todas las disciplinas, y busca definir la mente desde este enfoque:
“La mente humana es un proceso relacional y corpóreo que regula el flujo de energía y de información”
(Siegel, 2018)
El cerebro, dice Siegel (2018) es tan ‘denso como complejo’, y desde sus investigaciones plantea que en el cerebro hay un promedio de 100.000`000.000 de neuronas, y que cada una de estas se conectan por medio de una media de 10.000 interacciones. Mapear cada neurona y sus interacciones, se plantea como un imposible, pero a lo mejor, un punto lograble con la velocidad de las máquinas. Sin embargo, lo que hace imposible la misión, no es la conexión, sino la forma en la que el cerebro cambia y se adapta, generando algunas veces adaptaciones que no tienen sentido en la programación lógica e incluso en el tiempo de modificación. Es entonces que se comprende el aporte de neuroplasticidad del cerebro, como elemento clave para comprender que el cerebro evoluciona (Axelrod, C. J. et al, 2023).
¿Hasta qué punto de nuestras capacidades, puede la IA reemplazarnos?
Benjamín Bloom junto con un grupo de investigación en 1954, plantearon la “Taxonomía de los objetivos educativos” (Bloom, B. et al, 1954), definiendo en este diferentes grados de complejidad para el desarrollo del pensamiento del ser humano desde: recordar, comprender, aplicar, analizar, sintetizar y evaluar. Sin embargo, años después Anderson, L.W. y D. Krathwohl (2001), plantearon la modificación de los últimos dos grados de complejidad, estableciendo el orden de: recordar, comprender, aplicar, analizar, evaluar y crear; y en el 2009 Churches, planteo una integración de esta con uso de la tecnología.

Bloom, B.S. et al (1956) plantea que la habilidad de pensamiento está determinada por la suma dos factores: el conocimiento y la destreza de la persona. Si bien la IA ha tenido un desarrollo notable en los últimos años, su habilidad de pensamiento se ve limitada en ambos aspectos:
CONOCIMIENTO: AI como el ChatGPT trabaja con una base de información hasta el 2021, otras herramientas no distinguen la veracidad de la información adquirida por una fuente.
DESTREZA: entendida como la propiedad con la que un ser humano actúa frente a una situación y que muchas veces está marcada por la experiencia, la genética e incluso la emocionalidad con la cual se realiza la acción, cualidades que la IA todavía no ha alcanzado.
Los avances en el campo de la inteligencia artificial son significativos y la variedad de aplicaciones que se han desarrollado logran escribir, editar, diseñar, analizar, resumir, entre otros (ver gráfico de la lista de herramientas de IA hasta marzo 2023). Las funciones de estos, en su mayoría, pueden clasificarse dentro de un espectro inferior dentro de las habilidades del pensamiento de Bloom, por lo que cabe notar que son las habilidades de pensamiento superiores, en las cuales la IA no se destaca, por lo menos no aún.

Bardeen. (2023, marzo 28). Lista completa de herramientas de IA que debería ensayar. https://twitter.com/bardeenai/status/1640753176415535114/photo/1
El análisis, la evaluación y la creación requieren habilidades cognitivas y creativas que van más allá de la capacidad de procesamiento de datos de una máquina. Es en estas habilidades complejas donde los seres humanos pueden marcar la diferencia y llevar a cabo transformaciones significativas.
Sal Khan en su charla TED plantea:
“IA, inteligencia artificial, se puede utilizar para mejorar la IH, la inteligencia humana, el potencial humano y el propósito humano.”
(Khan, S., 2023. Traducción del inglés al español)
Al hacer uso de la IA en la eficiencia para el desarrollo de las habilidades del conocimiento inferiores, la apuesta estaría en como la neuroplasticidad y la evolución del cerebro humano, podría dedicar mayor tiempo a las habilidades del conocimiento superiores, enfocándose en la evaluación y creación, con mayores propuestas de transformación para el bien de la sociedad.
A medida que avanzamos hacia un futuro cada vez más dominado por la IA, es esencial reconocer y valorar el poder único del cerebro humano. Si bien la inteligencia artificial puede ser útil en ciertas áreas del aprendizaje, es en las habilidades complejas donde los seres humanos destacamos y nos diferenciamos de las máquinas. En lugar de temer a la IA como una amenaza para nuestro trabajo y habilidades, debemos abrazarla como una herramienta que nos permite enfocar nuestro tiempo y energía en áreas más complejas y significativas. Esto nos brinda la oportunidad de dedicarnos a resolver problemáticas globales, desarrollar acciones innovadoras y productos que mejoren nuestra calidad de vida y, en última instancia, impulsar la evolución propositiva de la humanidad.
Bibliografía:
Anderson, L.W. y D. Krathwohl (Eds.) (2001). A Taxonomy for Learning, Teaching and Assessing: A Revision of Bloom's Taxonomy of Educational Objectives. New York: Longman.
Axelrod, C. J., Gordon, S. P., & Carlson, B. A. (2023). Integrating neuroplasticity and evolution. Current Biology, 33(8), R288-R293.
Bloom, B.S. and Krathwohl, D. R. (1956) Taxonomy of Educational Objectives: The Classification of Educational Goals, by a committee of college and university examiners. Handbook I: Cognitive Domain. NY, NY: Longmans, Green.
Khan, S. (2023, May 1). Sal Khan: How AI could save (not destroy) education. www.ted.com. https://www.ted.com/talks/sal_khan_how_ai_could_save_not_destroy_education/c
Siegel, D. J. (2018). Mindsight. Ediciones Paidós.